jueves, 26 de septiembre de 2013

3 Momentos Mágicos (que estamos volviendo clichés)


Por Gianfranco Bacigalupo

“Abracadabra”, “Alakazam”, “Hocus Pocus”, “Bippity Boppity boo”, “Sim Sala Bim”, “Walla Walla Washington”, "Izzy wizzy, let's get busy”… En fin, palabras mágicas ¿Las recuerdan?

Lo crean o no, estas frases que ahora son, a lo mucho, un gag en muchas rutinas, alguna vez fueron usadas con seriedad por grandes magos, rayos, en una época eran hasta temidas. ¿Qué paso? Aparentemente, se volvieron un cliché. No conozco el proceso exacto, pero en un punto de la línea de tiempo, estas frases se volvieron algo tan común, que ahora son una de las primeras cosas que alguien piensa cuando trata de imaginar a un mago, o, sobre todo, cuando alguien intenta pretender ser uno. 




Estas frases son tanto un cliché en el mundo normal como en el nuestro, son casi nulas las veces en que he visto a algún mago recitar algún encantamiento con seriedad y pasión antes de un efecto; las excepciones solo incluyen presentaciones que demostraban formas antiguas de hacer cierto tipo de truco, como la versión de Cups and Balls de Ricky Jay. Aunque también existen esos momentos en los que vemos a un mago de escenario darle tal emoción a un acto, que prácticamente parece que estuviera gritando encantamientos en su cabeza…

Thundercats! OOOOOOOOOOH!


¿Y por qué existen palabras mágicas? Porque las necesitamos, o más bien, necesitamos esos "momentos" que indiquen que la magia sucedió. No necesariamente tiene que ser una palabra mágica, pero como dice David Roth, tenemos que hacer algo:

"No me importa qué hagas, pero tienes que hacer algo para hacer que la magia suceda. Mueve tus pulgares, di la palabra mágica, etc. Hasta en la vida real, tienes que ir al lugar sagrado, tienes que tomar la bebida mágica, tienes que sacrificar a la virgen(...) en este caso, yo muevo mis pulgares."


Para mi próximo efecto, necesito un cordero y un primogénito...


El tío Roth tiene razón, casi siempre (creo que hay algunas excepciones) debemos hacer algo para indicar el "momento mágico". Pero quizá, además de otras cosas, fue el sobre-uso de las palabras mágicas para esto lo que las volvió un cliché a los ojos del público contemporáneo (Harry Potter NO cuenta). De ser este el caso, sé de otros ejemplos que son sobre-usados y podrían acabar igual...


3 - La palabra "magia" (y sus derivados)


 ¡Oohoho MAGIC! - David Copperfield


Para de leer, revisa tus guiones (o tu memoria, si no los tienes) y mira cuántas veces, en cualquier presentación, usas más de una vez un derivado de la palabra "magia". Ahora borra todos... si no te queda casi nada, estás en problemas.

Siempre son las mismas frases: 

"Pero con un poco de magia..."

"... y mágicamente"

"Como por arte de magia"

"si crees en la magia..."



¿Qué propones?

Ok! Ya entendimos! Eres "mago" y todo lo que haces es "mágico", el problema no está tanto en que lo digas, está en que si esta palabra es el centro de todo lo que dices, realmente no estás diciendo nada más y empiezas a sonar como cualquier otro mago. Y si lo que quieres es diferenciarte y demostrar que no eres igual a todos los demás, esto no es algo que vaya necesariamente a "ayudarte" a conseguirlo. 

Utilizar las frases mencionadas no esta "mal" per se, el problema está en su sobre-uso y creo que todos podemos estar de acuerdo en que todo en exceso es malo.


Salvo Alexis Bledel, nunca hay "demasiado" Alexis Bledel.


2 - El soplido (tuyo o de tu espectador)



Otro recurso al que todos, bueno... recurrimos ¿Quién no ha usado un "soplo" para desaparecer algo? ¿O, en todo caso, le ha pedido a alguna chica que "sople" para que la magia suceda?




A diferencia de usar una palabra en sí, el soplido es más bien como el número de tu ex en tu celular o 50% de la ropa que llevas en un viaje, están ahí siempre por si acaso. Es, básicamente, lo que usamos cuando leemos un libro y vemos que una parte dice, de una forma u otra: "[inserta pase mágico aquí]".

¿Qué propones?

Si es "difícil" que alguien deje de decir magia a veces, es "Misión Imposible 4 con Tom Cruise" que alguien deje de usar el soplido. Porque, de cierto modo, es lo suficientemente conocido por el público profano como para usarse y saber que un 90% pensará "Oh, la magia acaba de suceder" cuando lo vea. Pero quizá podemos darle un mejor uso, o guardarlo para un mejor contexto.

Me explico, si estás haciendo magia con cartas, no tienes muchos argumentos a tu favor para andar soplándolas. Ya tienes en tus manos un objeto que te permite muchas formas de señalar un momento mágico: gíralas, golpéalas, rómpelas, haz lo que quieras. Puedes aplicar lo mismo si tienes algún otro objeto en tus manos (como un encendedor, aunque es también algo bastante usado), el punto es: para no sobre-usarlo, deja el soplido como tu último recurso. 


1 - Tronar los dedos




Ok muchachos, si creían que las otras manías eran las cosas complicadas de remover... nooooooooooooup. ESTA es el problema, esta es el Kraken, la Ballena Blanca, el Cuco, el Jabberwocky, la Profesora de Física, todos combinados en uno. Tronar los dedos es, definitivamente, nuestra mayor adicción; bienaventurados los que no tienen la capacidad de hacerlo.

No solo es el primer hábito por ser el más usado por todos los magos (globalmente), sino también porque es el que está en la mente del público profano casi tanto como una palabra mágica ¿No me creen? Piensen en la última película que vieron donde había un hechicero, lo más probable es que en algún momento alguien haya tronado sus dedos en ella, es más en la foto de arriba tienen a un duende de una de las franquicias más exitosas de la historia haciéndolo si es que necesitan un ejemplo ¿Otro?


Algunos me han preguntado si realmente limpio mi cuarto así


¿Qué propones?

La buena noticia, es que pareciera que el tronar los dedos no pierde su estatus de "momento mágico", a pensar de tener los suficientes años como para ser ya un cliché. Al igual que el soplido, es bueno que sea globalmente conocido, pues así tienes la tranquilidad de saber que no importa de qué país sea tu espectador, lo más probable es que entienda que ese gesto significa "magia".

Sin embargo, así como todo lo demás, no creo que sea buena idea sobre-usarlo. Si tienes dos rutinas que haces seguido y las dos involucran que truenes los dedos, sería interesante cambiar el momento en una de las dos. A menos que tengas establecido "tronar los dedos" como el momento mágico en todo lo que haces, y ese sea tu estilo (tampoco quiero meterme con gustos personales).

¿Pero si no puedo tronar los dedos, qué hago? Bueno, creo que depende de la rutina. No está mal tener esta acción y el "soplido" como últimos recursos si es que pensamos en momentos únicos para el resto de nuestros efectos ¿Quién dice que lo que haces para desaparecer una moneda tiene o no que ser similar para aparecerla? Nadie, es tu vida, dale el color que quieras.

Tommy Wonder tiene una rutina en la que hecha sal a sus cartas, Johan Stahl muestra la sorpresa en su rostro cuando cambia un objeto por otro, David Roth y Mike Gallo mueven sus pulgares, Jay Sankey dobla la baraja como si la estuviera quebrando; opciones hay miles, pero creo que lo importante es pensar en lo que sea más coherente para ti, es decir "¿Qué acción tiene más sentido para mi usar? ¿La misma que hago para este efecto, o necesita algo diferente?" 

Creo que si le das suficiente pensamiento a lo que haces y todo tiene una coherencia, es mucho más probable nadie vea ningún cliché en tu magia y aún si lo ven, no lo considerarán como uno.

Mastiquen la idea amigos, ciao.




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