Si han tenido la oportunidad de ver la
película “The Legend of the Drunken Master” (o “Drunken Master II”, para ser
exactos) habrán visto a Jackie Chan intentar dominar un arte marcial que
funciona al emborracharse y ... Bueno, entenderán cómo esto puede ser un problema …
¿Cómo que se acabó el hielo??!
Es fácil ver como algo llamado “el estilo del
ebrio” puede ser algo con características que hagan que el mismo maestro se
dispare en el pie (metafóricamente, salvo el borracho sea tan imprudente de
llevar un arma), sin embargo, por lo general, esto suele suceder en muchos
escenarios, hasta en la magia.
Así como un “Drunken Master” puede tomar más
de la cuenta y convertir una pelea normal en “Proyecto X”, hay una o dos (o
tres) cosas que pueden actuar como una doble navaja para nuestra magia, que no
necesariamente debemos dejar de hacer, pero que quizá sería útil aprender a
moderar … no como Jackie Chan.
¡Broooooder… soy LOSAAANDER!
1 – La
presentación
“You don’t wanna get caught with your trick, or your presentation”
– Gregory Wilson
¿Cómo es que daña la magia?
Alguna vez
has visto a otro mago hacer alguna versión de algún clásico en donde cuenta una
larga historia personal o inventada ¿Y luego vez hacia la derecha y vez a un
espectador mirar su reloj?
… ¿O su pistola?
La
efectividad de un gran efecto puede irse directamente al tacho, si es que está de la mano con una terrible presentación, es casi tan
devastador como poner tus preservativos y tus alfileres en el mismo bolsillo. Ahora,
una presentación puede ser considerada “mala” por diferentes motivos, en mi
opinión el más importante es porque falla en ser relevante; pero esto es un tema para otro artículo, así que
hablemos de otros factores.
Longitud,
resulta ser también otro tema recurrente en la categoría de “presentaciones que
quisiéramos olvidar”. El arte de combinar muchas palabras con magia es
complejo, requiere un buen escritor, mucho carisma y experiencia con una
audiencia; son pocos los magos que podrías escuchar por horas, antes y durante
cualquier efecto de magia (véase Ricky
Jay and his 52 assistants).
Aun si se
tiene esta habilidad, siempre es bueno saber que, por lo general, menos es más; siempre deberíamos estar
buscando simplificar nuestras presentaciones. Un ejercicio muy útil es sentarse
a escribir todo el guión para alguno de tus efectos hasta que pienses que esté
perfecto… Luego intentar reducirlo a la mitad. Que es, más o menos, lo que Ken
Weber obligaba hacer a Joshua Jay con cada guión para su último show, Unreal.
¿Por qué no dejar de hacerlo?
No podemos
dejar de intentar de crear grandes presentaciones solo porque tememos que no
podríamos hacerlo bien. Todos vamos a
crear terribles presentaciones en algún momento, es el único camino para llegar
a las buenas.
El secreto
está en poder examinarlas y notar dónde están los problemas, para luego
mejorarlos. Pero, para esto, tienes que tener tus guiones escritos (al menos algunas viñetas), no hay programas de edición
para algo que está solo en tu cabeza.
Recomendaciones
Siempre
trata de ver qué puedes cortar, deja que un amigo vea tus guiones (en especial
si es guionista o redactor) y prueba tus efectos con una audiencia real cuando
puedas (el espejo no tiene la capacidad de aburrirse de tu guión). Estoy seguro
que muchos otros magos con más experiencia tendrán aun más recomendaciones.
2 – Tu
utilería
“Manyaa, a lo quee ¿Ésas son como que tus cartas especiales de
magoo?” – Esa flaca a la que le hiciste
magia una vez.
¿Cómo es que daña la magia?
Esta es un
poco más obvia, y un poco más cruel, porque es una de esas veces en que nos
toca sufrir más por ser latinoamericanos. ¿Por qué? Porque aquí casi nadie
tiene idea de qué rayos es una Baraja Bicycle, las cartas a las que estamos
acostumbrados cuestan 3 soles y las puedes comprar hasta en kioscos. Esas que
te miran con la cara de taxista de “No, no voy”, cuando intentas hacer algún
abanico.
En el código de barras encuentras una revelación que dice: “Fak
yu”
No importa
lo que hagas, no puedes evitar que a veces las personas vean tus cartas o
monedas como objetos extraños que, a lo mejor, hasta te ayudan en los efectos.
Y, bueno, tienen razón; que el que
nunca ha usado un gaff que tire la primera piedra.
Ahora, tu
utilería no va necesariamente a arruinar tus efectos, pero si es una idea más
en la mente de tu audiencia que no quieres y no necesitas. Es un poco como ver la sombra del boom
mic en una película, no la hace mala, pero distrae.
¿Por qué no dejar de hacerlo?
Seamos
honestos, nadie va a dejar de usar cartas Bicycle o monedas de medio dollar
(aunque no me molestaría ver menos bolas de esponja, salvo estés haciendo magia
para niños). Pero eso no está mal, tenemos nuestras razones. Si voy a hacer
magia con monedas a un grupo grande ¿Por qué no usaría monedas de dollar? Y si
me preguntan por qué las uso ¿Por qué no decirles la verdad?:
"Si uso soles, no los vez desde allá,
duh" (el insulto sutil es mi toque personal, pero no recomiendo).
Además, si
tu audiencia está taaaan concentrada en tu baraja que ya se convierte en un
problema recurrente, creo que podemos decir que algo estás haciendo mal.
Recomendaciones
No repitas
“es una baraja perfectamente normal” a cada rato, no tiene sentido, obvio que
es una baraja normal ¿Por qué no lo sería?. En vez de eso, si puedes, deja que
mezclen la baraja (das a entender lo mismo).
En cuanto a
monedas, hay un consejo muy bueno de un mago llamado Roland Henning, que va más
o menos así: “Si vas a hacer algo con
monedas, usa las tuyas. Si vas a hacerle algo a una moneda, usa las de alguien
más.”
3 – Florituras
Algunos de ustedes se van a asar al ver ese
título, por favor, LEAN primero el
resto antes de comentar, puede que me estén malinterpretando.
¿Cómo es que daña la magia?
El hecho de que una floritura afecte el poder
de un efecto de magia es eso mismo, un hecho; ya lo probó Eric Mead en EMC hace
un par de años. Cuando haces algún efecto para un profano, una de las explicaciones
más comunes para casi todo lo que haces, es que tienes “manos
rápidas”. Para muchos, eso es todo lo que necesitan para pensar que ya saben
todo lo que tienen que saber.
Puede que a
muchos nunca se lo hayan dicho, pero no podemos ser tan ciegos como para no
considerar que (en algún momento) esa idea a pasado por la cabeza de un buen
porcentaje de todos los que tan visto. Y así como dar a revisar una baraja es
como decir sin palabras que la baraja es normal, hacer muchas florituras es
decir sin palabras “Tengo manos rápidas”.
O como dice Gregory Wilson: “Soy un chico muy
solo”
De modo que,
al hacer muchas florituras, confirmamos sin querer las sospechas de nuestra
audiencia; confirmamos que no hay imposibilidades en lo que hacemos, solo
horas de horas de práctica.
Y gimmicks, no olvides los gimmicks
¿Por qué no dejar de hacerlo?
Pocas cosas
pueden darte el nivel de credibilidad en pocos segundos como una floritura.
Como dice el grande (pero pequeño) Jay Sankey: “Hacer florituras le demuestra a tu audiencia en un segundo que no eres
el Tío Fred”. Lo que quiere decir nuestro amigo canadiense, es que,
precisamente porque las florituras son una muestra de habilidad (una
oportunidad para lucirte), puedes comunicar con ellas, sin hablar, algo que puede
ser complicado de demostrar en cualquier otra profesión, que eres un experto en
lo que haces.
“ A ver, enséñame uno de tus tru…
quitos… :O ”
Si es que la
audiencia ya ha tenido la oportunidad de ver magia de un pariente
(probablemente mal hecha), no hay mejor forma de demostrar visualmente que
estás en otro nivel, que éstas son las ligas profesionales. Es algo que puede ser
particularmente devastador, en especial si lo haces después de que alguien
intenta tomar tu baraja y hacerte el efecto de las 21 cartas.
Recomendaciones
No lo
sobre-hagas frente a un profano; frente a un mago, normal, alócate. Aún si no
haces cartas, o haces muy poco con ellas o no te gustan las florituras, le
recomendaría a todo mago aprender a hacer un buen Pressure Fan y un Spring, que
es probablemente uno de los mejores “openers” con cartas.
Si les gustó
el artículo, regresen todos los martes por acá y verán otro más escrito por mí.
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